jueves, 2 de diciembre de 2010

*+* 'Niño Pepita', la teletienda de los milagros *+*

"¡¡¿¿Dónde está ese pueblo??!!", exigía -más que preguntaba- un periodista a Claudia Llosa justo después de ver Madeinusa. Ella sonreía. "Si ese pueblo existiera de verdad, sería el más famoso del país y estaría en todas las guías turísticas", respondía ella. Y, como consecuencia, Madeinusa sería imposible.

La peruana sabe lo que se hace. Su cine se mueve en la estrecha franja que separa la ficción (verosímil) de la realidad. Si en Madeinusa reiventaba el atavismo de su propio país -donde subyacía una religión permisiva y hasta libertina- para hablar de la realidad de los pueblos andinos, en La teta asustada partía del horror real de los años de Sendero Luminoso para crear la ficción y hablar de cómo el ser humano es capaz de transmitir o heredar el miedo.  De la mochila transparente, el globo aerostático cargado de Yolanda Adrover. La angustia, el luto perpetuo. Pero Claudia Llosa no habla desde la política, sino desde lo emocional.

Tildaron Madeinusa de racista y ahora, a menos de tres horas para que la propia Llosa desgrane en Sa Riera los secretos de La teta asustada, YouTube devuelve su último trabajo. El cortometraje Niño Pepita. De nuevo, la frontera entre ficción y realidad. De nuevo un Perú desconocido sobre el que el espectador sería capaz de creer casi cualquier cosa. Una especie de terrorismo teatral como el que practicaban en Noviembre de Achero Mañas con predicador incluido. Inventar un servicio teletienda de milagros. Adquiera el altar -hinchable- del Niño Pepita, o el juego de cama, tal vez la camiseta. Búsquele un hueco en su casa y verá como, casi por arte de magia, sus problemas empiezan a resolverse. ¿Reconocerá cierta crítica la peruana?


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