sábado, 28 de mayo de 2011

Llucia Ramis: mamá, ¿por qué papá mató al pregonero?

Abro el correo de Cultura y me asalta un email de Emilio Bejarano. El que en otro tiempo fuera mi profesor de Historia en el instituto -el mismo que recordaba con nostalgia sus clases a Chenoa- ha resultado ser un aclamado y prolífico investigador que ha convertido a Jovellanos en la principal diana de sus estudios. Catedrático con Premios a la Investigación y entrada en Wikipedia. Pero ha sido pensar en él y recordar aquel chiste que, junto a su imitación de los bailes de charlestón para hablar de los felices años 20, no se cansó de repetir durante todo el curso. Hacía más grave su voz de acento gallego y gritaba aquello de "Mamáaaa, por quéeee papáaaa mató al pregoneroooo".

Unos kilómetros más allá de mi ordenador, Llucia Ramis se convierte en pregonera oficial de la XXIX Fira del Llibre. La primera edición que se retransmite a través de internet -por lo que veo sólo en directo, guardar los archivos es tontería en esta era postmoderna- y que ha tenido que ver tres décadas para, por fin, hacer una estadística de los libros más vendidos. Así que la escritora del Egosurfing y de las teorías facebooksianas se pone frente al atril de la edición más tecnológica.

Es la segunda vez que la literata se mete en el papel de pregonera en lo que va de año. Homenaje de profeta-en-su-tierra para la ganadora del Josep Pla de 2010. El primero llegó con la Festa de Estendard. Lo que se esperaba como una intervención reivindicativa -la fiesta es lo que tiene, que no es el pregón de Sant Sebastià- se convirtió en un paseo literario por su Palma al más puro estilo José Carlos Llop. Por eso parece que ayer Llucia Ramis quiso enmendar la cosa.

No, no eligió el mejor momento. Las elecciones se han pasado y con ellas una campaña electoral plagada de eslóganes que llaman al miedo o al fervor. Estábamos acostumbrados a los políticos capaces de empañar cualquier acto cultural con sus proclamas. A la tergiversación de discursos que querían defender la literatura y que acabaron por reivindicar su programa. Pero pensábamos que los escritores hablaban de otras cosas.

"Vist el resultat de les darreres eleccions, potser aquest serà el darrer pregó de la Fira del Llibre que podrà fer-se a Mallorca en llengua catalana sense que això sigue considerat un mèrit", inicia la autora su pregón. ¿Perdón? ¿He leído bien? En apenas un segundo mi mente repasa las tres citas literarias palmesanas: Sant Jordi, la Setmana del Llibre en Català y la Fira del Llibre. Y el castellano hace tiempo que no suena en ninguna de ellas. Como tampoco en ninguno de los galardones literarios -ni Ciutats de Palma ni Premis Mallorca- que pagan las instituciones, ergo todos nosotros. Sueño con un día en el que leer el pregón en castellano, en una comunidad bilingüe, no sea considerado pecado.

Menos de una semana después del paso por las urnas, los ánimos siguen caldeados. Cuentan que en el concierto de Las Migas en el Teatre Principal se intercambiaron proclamas de "Un sol país, una sola llengua" contra unos "Feixista, feixista" de receptores varios. Como cerraba mi jefe su columna esta semana: "Qué cansinos. Todos".

Texto del pregón
http://www.caib.es/pidip/annexes//2011/5/26/1588580.pdf

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