martes, 17 de mayo de 2011

Quiero una madre del APA

Los medios de comunicación se han convertido en el mejor sistema de denuncia. Si el ayuntamiento de su pueblo le toma el pelo y el servicio de basuras sigue utilizando los alrededores de su casa como vertedero, no habrá como una foto en la página de un periódico para solucionar el problema. Pesa más en la conciencia que cualquier noche de insomnio. La semana pasada, los padres de los alumnos -bajo esas siglas de AMIPA- del Conservatorio Municipal Elemental de Palma nos llamaban ante el anuncio sibilino de Cort de echar el cierre al centro "por la crisis". A día de hoy, con el conflicto medio encarrilado, sigo sin entender por qué el consistorio se mete en semejante fregado a menos de dos semanas para las elecciones.

La que se le vino encima a la regidora de Educación, Cristina Ferrer, fue de aúpa. Con la AMIPA compinchada con una prensa siempre dispuesta a repartir, el no-plan del Ayuntamiento se vino abajo como un castillo de naipes. El primer paso atrás fue cambiar la clausura por la supresión de un primer curso que dejaba a la escuela sin entrada de nuevos alumnos y que, a la larga, dejaba al centro en una vía muerta. Ayer -mientras en Cort sonaban las collejas y las preguntas de quién ha sido el listo que ha levantado semejante polvareda en campaña electoral- segundo retroceso: el Conservatorio abría ayer mismo su primer curso y las matriculaciones del mismo.

El asunto me provoca dos planteamientos. Primero, la clase de gestión que tendrá un Ayuntamiento como el de Palma para cargarse un curso de una escuela pública -¡pero bueno, es que esto es inédito!- por 100.000 euros de recorte. Ni siquiera el ratio de 450.000 euros / 150 alumnos es cierto porque no todo el presupuesto va a la formación de los niños. Ferrer se presentó sin datos ni alternativas. Cortar un curso era la única solución posible.

Los padres de la AMIPA no quieren hacer comparaciones pero yo sí. Hoy mismo acabo de leer que el Govern destinará 180.000 euros a la rehabilitación de un molino harinero en Lluc. La desproporción me parece tan grande como la de que el conservatorio Elemental de Palma tenga el mismo número de plazas que el de Petra. 400.000 habitantes versus 2.900. Aquí sí que no me sale el ratio.

Mi segundo planteamiento se centra en el titular de esta entrada: quiero una madre del APA. Es más, quiero a Pilar Domínguez, portavoz de la AMIPA, como madre. La susodicha inició hace una semana una campaña reivindicativa para conseguir que Cort reculara. Retroceso que se ha producido y que no sé si dice más a favor de la prensa o menos a favor del Ayuntamiento. Asambleas de padres diarias, comunicados de prensa, horas colgada del móvil con los medios de comunicación de toda Palma, ruedas de prensa. ¿Cómo un padre normal, como cualquier vecino, pasa a tirar de un carro tan mediático como éste? ¿Cuántos padres, los míos los primeros, no habrían pasado del refunfuñe?

Supongo que en plena campaña electoral, Pilar Domínguez es uno de los mejores ejemplos de eso de levantarse del sillón y hacer algo. Por su 'culpa', la alcaldesa de Palma se ha visto obligada a dar explicaciones sobre el cierre del conservatorio en entrevistas en las que hablaba del modelo económico a aplicar en el municipio. ¡Desde cuando una madre del APA provoca a una alcaldesa! ¡Desde cuando consigue reunirse con los concejales de un consistorio!

Investigo un poco en Facebook. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco, mi madre utópica -sin renegar nunca de la señora Nati- trabaja en la agencia Mandarina Creativos. Pero no, eso no hace más fácil que tu madre se ponga a diseñar las lonas-protesta para un concierto reivindicativo que se celebró en la misma puerta del Ayuntamiento. Convocatoria para la que, también, se avisó a la policía local y se realizó todo el proceso pertinente como si uno fuera convocando manifestaciones cada día

Sí, digamos que en una sociedad comodona en la que me incluyo, me gustaría que mi madre se movilizara si me cerraran la escuela pública donde toco la flauta, dicho así en frívolo. Creo que tanto la AMIPA como los medios de comunicación han conseguido poner contra las cuerdas -aunque sean pequeñitas- a un consistorio que hizo aguas hace tiempo y que anda desnortado.

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