lunes, 1 de agosto de 2011

Camp Redó, del Generalísimo al barrio de La Mocha

Hablar de Camp Redó es hablar de La Mocha. Pocos saben que compartía barrio con el cantante Jorge Sepúlveda que escapaba de los flashes en una casita de lo que ahora llaman Corea. De alquileres a 80 pesetas y de un tranvía que cruzaba General Riera hasta Establiments. También de la iglesia de San Francisco de Paula construida por los propios vecinos, y de un mercado de los años 60 que, nadie sabe por qué, se proyectó con tantas plantas como El Corte Inglés.

Entreguerras. Alemania ve nacer los siedlung, la primera versión tangible de aquello que llamaban casa digna. La Repúbllica de Weimar establecía los parámetros de la vivienda mínima, pero sus autores recibieron las críticas de la derecha política. El asoleamiento, los jardines, las infraestructuras de gas, la electricidad y los baños parecían demasiado "opulentos" para un proyecto que tenía como objetivo a la clase obrera. Por contra, la administración berlinesa defendía elevar el nivel de vida de sus ciudadanos. A sus principios se sumaba luego el término 'funcionalismo' y a finales de los años 20, la consideración de la arquitectura como 'un arte social'. La corriente se extendió por el Viejo Continente y alcanzó España. Para cuando llegó a Mallorca, habían pasado ya tres décadas.



Archivo Familia Jurado Medina
Podría sonar música de NO-DO. Era 1954 y Palma inauguraba con las Viviendas del Generalísimo su primer programa de pisos sociales. El régimen franquista y el Plan Alomar se adjudicaban, como idea original, aquella definición del módulo mínimo habitable. Los primeros brotes del boom turístico habían supuesto la llegada de inmigrantes peninsulares que buscaban una vida mejor. Las 568 casas -diseñadas por el arquitecto Antonio Roca Cabanelles en un solar de 22.000 metros cuadradados- se caracterizaban por su facilidad de construcción, su coste y la buena comunicación con el centro. Lo que hoy es General Riera fue, en un tiempo, el camino que el tranvía seguía hasta Establiments.



María Isabel Maldonado llegó en los años 60. Nació en Málaga y vino a la Isla para trabajar como cocinera de un bar. Los contactos -"antes no había tanto papeleo", dice- le permitieron acceder a una casa en el barrio. "Pagaba 80 pesetas de alquiler", apunta. El Camp Redó que ella recuerda tenía las puertas de las casas abiertas y limitaba con el campo. "La gente llegaba buscando tranquilidad, aunque éramos más forasteros que mallorquines", explica. Para otros, Corea fue el primer ejemplo de especulación inmobiliaria. Ahora, su piso en el 25b de la calle Infante Pagano tiene ventanas tapiadas. El plan de remodelación del Ayuntamiento lo incluye dentro de su futura zona verde.

Fue más o menos entonces cuando llegaron dos de los ejes sociales del barrio: la iglesia y el mercado. La primera, San Francisco de Paula, suponemos que en honor a aquella Francisca de Mádico que había cedido los terrenos. El 12 de abril de 1959 se colocó la primera piedra, el resto las pusieron los propios vecinos. El colegio, Felip Bauzà, había llegado casi con el mismo barrio. A mediados de los 50, Sor Matilde Chantal consiguió construir una escuela para aquella olaeada de nuevos niños.

Una década después llegó el mercado. Proyectado, nadie sabe por qué, con cinco plantas que nunca llegaron a ocuparse por completo. La asociación de vecinos pasó casi veinte años pidiendo que los pisos desocupados se destinaran a usos culturales. Hasta este 2011 no les hicieron caso.

En esos años 70, Camp Redó recibió al que sería su vecino más ilustre: el cantante Jorge Sepúlveda. La memoria histórica y la normalización lingüística le recuerdan ahora con su nombre bautizando una de las calles. El que había sido rey de los boleros, llegaba a Mallorca para refugiarse del fracaso. La falta de contratos le llevó a abandonar el mundo de la canción y se trasladó a la Isla donde podía pasar desapercibido porque era uno de los pocos lugares en los que nunca había actuado. Leía y tomaba el aperitivo con sus amigos. Dicen que ya entonces tenía los pulmones cansados, pero murió en 1983. No quiso ceremonias ni funerales, lo dejó dicho. Y aunque en su Mediterráneo adoptivo no compuso su célebre Mirando al mar, sí fue enterrado, como dice su bolero compuesto por el mallorquín Bonet de San Pedro, Bajo el cielo de Palma. Quien nunca tuvo anonimato, aunque no pisó escenarios, fue La Mocha. Vendía "canastas" de mimbre, pero se hizo famosa por meter un burro en su casa.

Archivo Familia Jurado-Medina
Ya entonces Camp Redó era el barrio de los dos cuarteles -hoy abandonados y en ruina-, el de la lavandería Regia, el de las cocheras de los autobuses. Una sucesión de solares y pocas casas. De aquella importante zona de regadío que recuerda Gaspar Valero quedaba una acequia reducida a un montón de escombros.

El mote de Corea no es bien recibido en el barrio. Recuerda a cuando las cosas se torcieron "y se pusieron feas". A seguimientos en los que los policías pedían la llave de los terrados cercanos, a redadas, a droga. Cuesta convencer de que, en realidad, viene por su origen. Málaga y Gandía también tienen sus barrios de Corea. Según unos, a aquel 1953 en que estalló la Guerra de Corea; según otros, porque seguía el prototipo de edificaciones que surgió tras la Segunda Guerra Mundial. Durante su medio siglo de historia, este rincón de Camp Redó se ha acostumbrado a vivir a la sombra de Palma. Ahora, sus edificios empiezan a convertirse en esqueletos fantasmales a la espera de esa rehabilitación tan manida como esperada. 


Fuentes

http://consorciriba.es

ROCA, Joana. Corea, referencias al movimiento moderno
http://imaginapalma.com/lang/ca/22/11/2010/article-corea-referencias-al-movimiento-moderno-joana-roca-arquitecta-i-coordinadora-general-de-larea-delegada-dhabitatge-de-lajuntament-de-palmaarticulo-corea-referencias-al-movimiento-m/





Article. “Corea, referencias al movimiento moderno”. Joana Roca 

3 comentarios:

  1. El colegio "Felip Bauzà, antes llamado "Colegio Nacional Camp Redó" se inaguró sobre el año 1974.

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  2. El colegio se llamaba y se llama San Vicente de Paul, lo inaguro Sor Matilde Chantal y Sor Maria Dolores Pons.
    Mi más sincera admiración hacia ellas,
    Se construyó en los años 50.
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  3. Ho he estado como Hija de la Caridad 19 años los mas felices de mi vida con las Hnas que tanto recordáis y queréis, con unas familias que no tenían más preocupación que la promoción de sus hijas y una alumnas que respondían con gran entusiasmo a todo lo que se programaba. Creo que se puede decir que formábamos una GRAN FAMILIA.

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